Imagine un futuro en el que la naturaleza intangible de Bitcoin se fusione con la tangibilidad de las monedas. ¿Y si pudieras pagar una cena o entradas de cine con monedas de metal vinculadas al valor de la criptomoneda, en lugar de utilizar el efectivo tradicional? Esto no es sólo una fantasía. El concepto de bitcoin físico evoluciona continuamente.
Estos tokens están diseñados específicamente para quienes valoran la seguridad táctil de los activos tradicionales, con el objetivo de tender un puente entre los reinos digital y físico. Aunque pueden parecerse a las conocidas monedas de latón, plata u oro, su verdadero valor reside bajo la superficie.
A diferencia de las monedas tradicionales con valor fijo, el valor de los bitcoins físicos procede de las claves privadas impresas en ellos. Estas claves están vinculadas a monederos digitales capaces de contener cualquier cantidad de BTC, desde 1 BTC hasta 100 BTC.
En nuestra era dominada por lo digital, donde la información y los activos flotan en nubes virtuales, sigue existiendo un anhelo palpable de algo tangible. Los bitcoins físicos satisfacen a los cautelosos con los activos puramente digitales, proporcionando una forma práctica de entender el mundo de las criptodivisas. A medida que el mundo evoluciona, estas monedas pueden ser el siguiente paso para alterar por completo la forma en que percibimos y manejamos el dinero.
¿Qué es el Bitcoin físico?
El bitcoin físico es una forma tangible de bitcoin, que suele presentarse en forma de monedas de metal o plástico. Estas monedas suelen contener las claves públicas o privadas de bitcoins, o almacenan las claves privadas a través de medios de almacenamiento ocultos como los códigos QR. La aparición de bitcoins físicos pretende combinar el valor de la criptodivisa con una forma tangible, permitiendo a la gente entender y poseer bitcoins de forma más intuitiva. A menudo se utilizan como objetos de colección, regalos o recuerdos, y también pueden servir como alternativas en transacciones reales.
El término «bitcoin físico» puede dejar perplejos a los que sólo tienen un conocimiento básico de las criptomonedas.
¿Cómo pueden los activos puramente digitales como Bitcoin convertirse en tangibles? ¿No contradice esto los principios fundamentales de la criptodivisa? ¿Por qué alguien querría bitcoins físicos cuando la principal ventaja de Bitcoin reside en su naturaleza digital?
Son preocupaciones válidas. Sin embargo, la respuesta está en entender que los bitcoins físicos no poseen valor intrínseco. En cambio, sirven como símbolos de bitcoins genuinos, reflejados por las claves digitales únicas incrustadas en cada componente tangible, lo que los convierte en artículos codiciados entre algunos entusiastas de la criptodivisa.
Por ejemplo, un bitcoin físico puede parecerse a una moneda de oro grabada con el logotipo de Bitcoin. En su reverso, hay un código digital único protegido por una pegatina holográfica. Este código da acceso a un monedero Bitcoin real en Internet.
Esencialmente, con las medidas de seguridad digital adecuadas, en teoría, cualquier artículo podría convertirse en una representación de Bitcoin y vincularse a su contrapartida digital.
¿Cómo se crea el Bitcoin físico?
Mucha gente utiliza impresoras 3D para crear bitcoins físicos. Dado que suelen ser creadas por entusiastas y no por una autoridad central, los diseños pueden variar enormemente. Algunas monedas tienen recubrimientos metálicos, mientras que otras están hechas completamente de plata u oro.
El verdadero valor de estas monedas no reside en sus materiales, sino en las claves privadas incrustadas en el reverso. Esta clave permite a su poseedor reclamar en línea el BTC asociado. Cada token tiene su propia clave privada, lo que garantiza que, aunque alguien robe o manipule el token, sólo podrá acceder a los BTC asociados a ese token concreto. Por el contrario, si se tratara de un monedero digital, una brecha podría exponer todas las criptomonedas almacenadas.
El primer Bitcoin físico
Durante las etapas iniciales de Bitcoin, antes de su avance más allá de la marca de los 1.000 dólares, hubo un fervor por crear representaciones tangibles de este activo digital. No eran meramente simbólicas; además de servir para fines promocionales y coleccionables, tenían un valor real en BTC.
Mike Caldwell fue pionero en este movimiento al introducir las monedas Casascius en 2011. Estas monedas no solo tenían un atractivo decorativo, sino también un valor intrínseco. Incrustaban valores genuinos de Bitcoin, convirtiéndolas en temas de discusión en el mundo de las criptomonedas. A finales de 2013, Caldwell había acuñado con éxito 27.000 monedas de este tipo, desde denominaciones de latón de 0,5 y 1 BTC hasta lingotes bañados en oro de 1.000 BTC.
Sin embargo, empresas ambiciosas como la de Caldwell se toparon con obstáculos normativos cuando intervino la Red para la Represión de Delitos Financieros (FinCEN), dependiente del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Consideraron que sus operaciones eran similares a las de los transmisores de dinero, por lo que necesitaban un registro federal para continuar.
Tras el incidente de Casascius Coin y la injerencia de FinCEN, las siguientes aventuras con bitcoins físicos fueron cautelosas. Por ejemplo, la Casa de la Moneda argentina optó por un enfoque lujoso, produciendo lujosas monedas conmemorativas con un gran atractivo artístico, pero sin utilidad monetaria práctica. Estas monedas presentaban diseños de Adam Smith y Santa Juana de Arco, pero debido a la rápida filtración del código, se enfrentaron a sus propios retos.
Otros de los primeros proyectos de Bitcoin, como Titan Bitcoin y Antana, son recordados por su estética única y sus descarados ángulos de marketing, que incorporaban estampas y chistes de las culturas griega, romana y cripto.
Aunque la moda del Bitcoin físico decayó antes del auge de las criptodivisas de 2017, quienes poseen estas reliquias históricas pueden considerarlas de valor incalculable, sobre todo teniendo en cuenta la rápida evolución del Bitcoin.
Bitcoin físico con valor BTC incrustado
Existen algunos productos «Bitcoin físicos», normalmente monedas de metal, con toda la información necesaria para acceder a las monedas BTC en la blockchain de Bitcoin. Esta información suele estar oculta de forma manipulable. Los bitcoins físicos se venden en varias denominaciones, que representan diferentes cantidades de Bitcoin.
Al principio, varias empresas producían bitcoins físicos, pero la tendencia ha decaído recientemente. El producto de bitcoin físico más famoso fue producido por una empresa llamada Casascius.
Casascius Bitcoin tiene una clave privada impresa en la moneda, oculta por holografía. Si alguien intenta manipularla, se convierte en un patrón de panal. En el exterior de la moneda, se pueden ver los 8 primeros caracteres de la dirección Bitcoin asociada a esa moneda.
Durante el tiempo de actividad de Casascius, la empresa produjo diferentes versiones de estas monedas, denominadas 0,1 BTC, 0,5 BTC, 1 BTC, 10 BTC, 25 BTC, 100 BTC y 1.000 BTC. Casascius se fundó en 2011, cuando el valor de Bitcoin era muy inferior al actual. A precios actuales, 1.000 BTC equivalen a 37,8 millones de dólares.
Desafortunadamente, para los fans del BTC físico, Casascius decidió cerrar el negocio después de que la agencia reguladora estadounidense FinCEN dijera a la compañía que necesitaban una licencia de transmisor de dinero si querían seguir operando.
Otras empresas que han fabricado monedas físicas de Bitcoin son Ravenbit, Titan Bitcoin y Alitin Mint.
Hoy, los usuarios pueden comprar bitcoin físico (aunque en forma de tarjeta, no de moneda) a una empresa llamada Ballet. Estas tarjetas se denominan «REAL Bitcoin» y sus denominaciones oscilan entre 0,1 BTC y 0,005 BTC.
Aunque estos productos tienen un cierto atractivo estético, son bastante engorrosos de usar y no ofrecen ningún beneficio real en comparación con el uso de monederos de criptodivisas de hardware solamente.
De hecho, el bitcoin físico con valor BTC incrustado no es tan seguro como el uso de monederos de criptodivisas por hardware, ya que los ladrones pueden acceder fácilmente al valor BTC contenido en ellos.
Mientras tanto, un ladrón que robe tu monedero hardware necesitaría adivinar tu PIN y luego acceder a tus tokens, dándote tiempo a recuperar tu monedero usando un mnemotécnico y enviar tus tokens a otro monedero bajo tu control.
Además, debes confiar en que el fabricante del bitcoin físico no pueda acceder realmente a las claves privadas impresas en las monedas. Esto no es un problema para los monederos de criptomoneda por hardware, ya que generan las claves fuera de línea.
Bitcoin físico decorativo
La mayoría de los «bitcoin físicos» que ves online son en realidad decorativos. Estas representaciones de bitcoins pueden utilizarse como atrezzo en fotos y vídeos o como decoración del hogar.
En la mayoría de los casos, estos bitcoins físicos decorativos están hechos de metal dorado y llevan el logotipo del proyecto Bitcoin. Suelen tener algún texto grabado alrededor de los bordes de la moneda.
¿Cuánto valen las monedas?
En principio, el valor de los bitcoins físicos parece estar directamente relacionado con la cantidad de BTC que contienen sus claves privadas. Sin embargo, la realidad tiene más matices. Normalmente, debido a su escasez, el precio de venta de estos tokens supera el valor de los BTC que protegen.
El material de composición de las monedas afecta significativamente a su valoración. Como se ha subrayado, estas fichas pueden estar hechas de diversos materiales, desde variedades chapadas en oro hasta oro, plata e incluso plástico. Naturalmente, las monedas de oro alcanzan precios más altos en comparación con las simples chapadas en oro.
Otra dimensión fundamental es la coleccionabilidad. Dados sus materiales únicos, diseños y números limitados, algunas monedas se han convertido en objetos de coleccionista. Una moneda de acuñación antigua, especialmente si se trata de una edición limitada, puede tener un valor superior al del Bitcoin que contiene. Su rareza puede elevarla a un estatus similar al de los carteles de cine de época o la moneda fiduciaria descatalogada, deseable no sólo por los bitcoins incorporados, sino también como objetos de colección en sí mismos.
Legalidad
Poseer bitcoins físicos suele ser legal, siempre que tu jurisdicción permita la posesión de criptomonedas. Por otro lado, la creación de estos tokens tangibles podría violar normativas específicas de transmisión financiera. En tales casos, puede existir la obligación de registrarse ante las autoridades reguladoras pertinentes.
Además de su tangibilidad, verificar la autenticidad del bitcoin físico es crucial, ya que puede haber falsificaciones. Los bitcoins físicos auténticos suelen venir con claves privadas o códigos QR, que los vinculan a una determinada cantidad de bitcoins. Garantizar esta vinculación y la credibilidad del emisor ayuda a determinar su autenticidad.
Ventajas e inconvenientes
El atractivo de los bitcoins físicos es evidente para aquellos que han sido testigos de los flujos y reflujos de la marea de las criptodivisas durante la última década. Esencialmente, los bitcoins físicos ofrecen una presencia tangible a algo que normalmente se ve como dígitos puramente virtuales.
Además, las versiones físicas diversifican aún más un activo ya famoso por su naturaleza descentralizada. Permiten diversificar el almacenamiento de Bitcoin en múltiples «ubicaciones», tanto tangibles como intangibles, aumentando así la seguridad de las tenencias.
También existe un innegable atractivo estético. Aunque físicamente son diferentes, los bitcoins físicos suelen desprender una sensación de solidez, diseño elegante y grabado intrincado, lo que atrae la atención de los entusiastas de las criptomonedas.
Sin embargo, estas versiones tangibles contradicen en cierta medida los principios básicos de la criptomoneda: las monedas digitales prometen dejar obsoletas las monedas tintineantes y las carteras de cuero.
Mientras algunos prefieren diversificar sus tenencias de Bitcoin, otros dudan, temiendo los riesgos potenciales del almacenamiento físico cifrado. Muchos de los primeros bitcoins físicos acuñados se enfrentaron a vulnerabilidades de seguridad una vez expuestos sus códigos.
Aparte de los retos, los obstáculos legales siguen ensombreciendo la creación y el uso de bitcoins físicos, lo que en última instancia ha provocado un descenso de su popularidad.
ETFs de Bitcoin físico
Otro caso en el que se puede oír el término «bitcoins físicos» es en el contexto de los ETFs (Exchange-Traded Funds) de Bitcoin físicos. Estos ETF están respaldados por tokens de BTC en poder del emisor del ETF. El uso del término «físico» aquí es algo confuso, ya que el BTC en poder de los ETF de Bitcoin físicos sigue siendo totalmente digital.
Un ejemplo de este tipo de productos es el Fidelity Physical Bitcoin ETP (FBTC), que cotiza en las bolsas europeas. Actualmente, este tipo de productos no están a la venta en Estados Unidos. Los ETFs físicos de Bitcoin se suelen contraponer a los ETFs de Bitcoin basados en futuros, que no poseen ningún BTC sino contratos de futuros de Bitcoin.
Conclusión
El valor del bitcoin físico reside principalmente en su forma tangible, su valor coleccionable, su significado simbólico y, en algunos casos, su utilidad como herramienta alternativa en transacciones reales.
Los bitcoins físicos son novedades intrigantes, pero poco más que eso. Como forma de almacenamiento en frío, no son tan convenientes y seguros como combinar el uso de carteras de criptodivisas de hardware con copias de seguridad de carteras de criptodivisas metálicas.