IA vs. Bitcoin: una batalla por la red

IA vs. Bitcoin: una batalla por la red

La carrera entre la Inteligencia Artificial (IA) y la minería de Bitcoin (BTC) por los recursos energéticos se está recrudeciendo. A medida que las empresas tecnológicas avanzan en las tecnologías de IA, también compiten con los mineros de BTC por la energía. Esta rivalidad está reconfigurando el consumo de energía en Estados Unidos, ya que ambas industrias están generando una demanda de electricidad sin precedentes.

La IA lidera el consumo de energía

En esta carrera armamentística de la energía, los centros de datos de IA están a la cabeza. Se prevé que para 2027, estas operaciones ávidas de energía podrían consumir entre 85 y 134 teravatios-hora (TWh) de electricidad al año. Para ponerlo en perspectiva, esto equivale aproximadamente al consumo anual de energía de países como Noruega o Suecia, lo que pone de relieve los enormes requisitos de energía necesarios para ejecutar modelos complejos de IA como ChatGPT.

Cada uno de estos modelos de IA funciona en grandes grupos de servidores. Por ejemplo, si ChatGPT se ejecutara para cada búsqueda en Google, se calcula que se necesitarían más de 500.000 servidores, lo que supondría un consumo anual de energía de unos 29,2 TWh.

La demanda de energía de la minería de bitcoins

En comparación, La minería de BTC consume actualmente unos 120 TWh de energía al año. El año pasado, la minería de BTC representó el 0,4% del consumo total de electricidad del mundo, una cifra asombrosa.

Los analistas predicen que, para 2027, la demanda de energía de la IA superará a la de la minería de BTC, y que el 20 % de la energía disponible se redirigirá hacia las operaciones de IA. A medida que la IA y la minería de BTC siguen evolucionando, compiten cada vez más por los mismos recursos energéticos.

Intensificación de la competencia por la energía

Grandes empresas tecnológicas como Amazon y Microsoft buscan activamente activos energéticos tradicionalmente dominados por los mineros de criptomonedas. Esta intensificación de la competencia está llevando a algunos operadores mineros a monetizar su infraestructura energética mediante el arrendamiento y la venta, mientras que otros se enfrentan al riesgo de perder por completo su suministro de energía.

La pugna por la energía es tan intensa que para finales de esta década se espera que los centros de datos consuman el 9% de toda la electricidad de Estados Unidos, más del doble de su consumo actual.

Retos de las energías renovables y la sostenibilidad

Cabe destacar que la minería de criptoactivos depende más de las energías renovables, ya que aproximadamente el 70% de su energía procede de fuentes verdes. En cambio, los centros de datos de IA dependen principalmente de combustibles fósiles. Esta diferencia pone de relieve los enfoques divergentes que estas dos tecnologías adoptan con respecto a la sostenibilidad.

A medida que aumente la demanda de IA, las empresas tecnológicas tendrán que sopesar su huella de carbono frente a otras fuentes de energía alternativas, incluida la nuclear.

El incierto futuro del consumo de energía

El futuro del consumo de energía en la industria tecnológica es difícil de predecir. A medida que la IA siga superando los límites tecnológicos, es probable que su demanda de energía crezca a la par. A menos que la eficiencia energética pueda superar significativamente este crecimiento, las consecuencias medioambientales podrían ser graves.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), para 2026 se espera que el consumo combinado de energía de la IA y la minería del BTC se dispare hasta los 1.050 TWh, lo que equivale al uso de electricidad de todo un país.

Pero como en la mayoría de las carreras energéticas de alto riesgo, queda una pregunta por responder: ¿Pueden coexistir la IA y la minería de BTC sin agotar los recursos del planeta?

La respuesta a esta pregunta dependerá de la capacidad de estas industrias para innovar y adaptarse a la ola de soluciones energéticas sostenibles. En su lucha por el poder, el futuro de la tecnología y del medio ambiente pende de un hilo.

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